Si queréis ver la fotografía de una boda divertida y llena de color... ¡La boda de Esther y Antonio es la adecuada!. Y es que a diferencia de muchas bodas que optan por tener un color dominante, la boda de Esther y Antonio fue todo color y flores. Los estímulos y las ideas eran tantas que eran una fiesta para los ojos, y por supuesto sobre todo para la cámara. Hacer las fotos para Esther y Antonio fue una auténtica delicia.
La preciosa boda de esta simpática pareja y su pequeña y preciosa hija Valeria de cinco años tuvo lugar en la Finca Aal Cachucho en San Agustin de Guadalix, una preciosa finca con vistas, piscina y que colaboró en la preciosa decoración colorida, divertida y cosmopolita que aportó la pareja.
Tenemos la suerte de que casi todos los novios que eligen a «Paratodalavida» suelen ser unos gansos, y este fue el caso de Antonio, su suegro y su cuñado que ya se estaban divirtiendo en la piscina cuando llegaron.
Los novios se cambiaron cerca, así que aprovechamos para ir y venir haciendo fotos consiguiendo captar así momentos íntimos y divertidos; notas, miradas cómplices. Esther y Valeria escondían unas botas Country bajo su vestido, y el novio se decidió por unas deportivas, y es que lo que estaba claro es que esta boda era para pasárselo bien y disfrutar.
Antes de la ceremonia, se recibió a los invitados con un cocktail previo lleno de detalles, hasta que apareció el novio con una moto con sidecar conducida por su hermano, un toque increíble de originalidad que dejó boquiabiertos a todos los invitados. El novio y la novia, ambos con dos sonrisas bien características, disfrutaron en la ceremonia de muchos momentos, divertidos, emotivos… una ceremonia realmente intensa en la que fue muy difícil no contener las lagrimas de emoción.
En la Finca Aal Cachucho suelen subir a los novios a una planta después de la ceremonia para hacer una serie de juegos grupales, así que aprovechamos para hacer varias fotos originales y divertidas, e incluso por qué no decirlo… ¡algunas también bastante artísticas!
Después llegó la cena, francamente original; un cocktail de distintas procedencias: árabe, japonés… ¡y barbacoa!. La verdad que la ceremonia y la boda en general fue una pasada, francamente divertida. La comida era excelente, bien presentada y los invitados se lo pasaron genial. La guinda del pastel fue un baile grupal que dio pie a una divertida barra libre.
Un placer realizar las fotos para esta pareja tan divertida y genial, a la que deseamos una gran felicidad para toda la vida.