Nada capta mejor la intensidad de una escena que las fotos en blanco y negro. Su potencia comunicativa nos traslada a aquél momento, reviviendo aquellas sensaciones…
Por eso, en ParaTodaLaVida nos gusta captar esos recuerdos también en blanco y negro, y nuestros reportajes fotográficos siempre cuentan con éste tipo de imágenes.
Lo que revelan las luces y sombras
Al observar una fotografía en blanco y negro es cuando nos damos cuenta que “hay vida después de los colores”, y esa sensación nos la da la percepción de la luz.
En las fotos en blanco y negro la presencia o la ausencia de luz es la protagonista. A los fotógrafos nos permite jugar con esa iluminación, y manejándola, esas luces y sombras muestran diferentes escenas dentro de la misma fotografía, cada una con un valor distinto y una sensación individual.
Además a medida que avanza el día, los cambios de iluminación nos permiten aprender de ella y nos enseña a aprovechar todo lo que nos ofrece.
Las formas, brillos y texturas adquieren una nueva relevancia.
La percepción de los colores es algo rutinario para todos, por eso es tan llamativa una imagen en blanco y negro.
Las fotos en color muchas veces esconden o enmascaran detalles que el ojo, distraído con esos colores, no alcanza a distinguir.
Las fotos en blanco y negro nos enseñan escenas de una manera diferente, nos obliga a fijarnos en los detalles que en las fotografías a color casi no percibimos ya que el propio color del objeto ya nos desvela toda la información.
Por ejemplo, en la fotografía a color de un limón inmediatamente sabemos qué objeto estamos viendo sin prestar atención al detalle. Sin embargo, en blanco y negro nos vemos obligados a analizar su textura rugosa, su forma ovalada, su brillo, para averiguar lo que se retrata.
Una percepción artística y emocional
Cuando encontramos fotos en blanco y negro entre fotografías a color inmediatamente nos llaman la atención. Son como pequeñas imágenes artísticas en sí mismas ya que nos pueden evocar desde películas antiguas a fabulosas esculturas greco-romanas.
También nos despiertan sentimientos recordándonos fotografías familiares antiguas, de nuestros padres, abuelos, bisabuelos… Escenas que no vivimos en persona pero que nos provocan mucha ternura y cariño.
Fotos en blanco y negro para una boda
Las imágenes en blanco y negro son uno de los principios del arte de la fotografía, y una garantía en cualquier sesión de fotos de boda y preboda.
Los protagonistas de las fotos producen un perfecto contraste con sus trajes: por un lado la claridad del vestido de la novia y por otro la oscuridad del traje del novio dan unos maravillosos resultados.
La decoración de la ceremonia adquiere otro significado, los dibujos de las telas, las texturas de las flores y de las plumas, las formas de las figuras muestran otra manera de ver cada escena.
La emotividad se plasma a la perfección: las lágrimas, las sonrisas, las miradas, las carcajadas se recogen y se reflejan de manera muy especial y se inmortalizan como congeladas en el tiempo.
Las fotos en blanco y negro se tornan en recuerdos inmediatos al visualizarlas, por eso no deben faltar en nuestros eventos.
Cuenta con nosotros para acompañarnos en ese día tan especial 🙂